Esta ciudad no tardó en obtener el monopolio de la corona sobre el comercio colonial ni en convertirse en el punto de partida y llegada de los galeones hispánicos, que regresaban cargados de lingotes de plata de las minas bolivianas, mexicanas y peruanas.
Madrid, la capital de España, constituye una excepción. En 1561, cuando de pronto adquirió importancia, era apenas una villa de menos de 10000 habitantes.
A pesar de que esta ciudad de la Costa Brava está para siempre ligada a la figura del artista, así como la zona de Portlligat, Dalí también iba más lejos a la hora de inspirarse.