Los independentistas toman la marcha en defensa del Estatut

Los independentistas toman la marcha en defensa del Estatut

Decenas de «estelades» (la bandera de los soberanistas) invadieron el paseo de Gracia, así como sus consignas separatistas.

Los líderes catalanes aseguran que la manifestación de este sábado supone «un antes y un después».

El centro de Barcelona fue ayer el escenario de una multitudinaria manifestación en protesta por la sentencia del Tribunal Constitucional (TC) sobre el Estatut que los independentistas supieron protagonizar. Pertrechados con banderas «estelades» se vendían a 8 euros la pequeña y a 12 la grande en la rambla de Cataluña, con globos que llevaban la inscripción «Independencia» y con centenares de pasquines informando sobre las inmejobes ventajas de separarse de España, los soberanistas hicieron suya una manifestación que debía ser ideológicamente transversal, según sus promotores.

Un grito y sólo uno monopolizó los cánticos de las decenas de miles de personas que acudieron al paseo de Gracia. «In-inde-independencia». Los soberanistas se arrancaron decenas de veces con esta consigna que hizo las delicias de los dirigentes de ERC. Todos los rostros de soberanismo quisieron personarse en un acto que transcurrió detrás del lema «Somos una nación, nosotros decidimos». De Joan Puigcercós a Joan Laporta, pasando por los dirigentes de las principales plataformas soberanistas de Cataluña.

Problemas con los radicales

Precisamente, los dirigentes que no defienden la independencia fueron los que tuvieron más problemas en una manifestación que también coreó a menudo aquello de «bote, bote, bote, español el que no vote». Aunque predominó el civismo, el presidente de la Generalitat, José Montilla, tuvo que salir a través de un cordón de seguridad al acabar la manifestación de Barcelona en contra de la sentencia del Estatut. En un ambiente de tensión, silbidos e insultos, que llegó incluso a un aparente intento de agresión por parte de un manifestante exaltado, el titular de la Generalitat tuvo que abandonar la concentración en su vehículo oficial a toda prisa. También el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, tuvo sus más y sus menos con otro manifestante que le increpó, aunque no llegó a mayores.

Guerra de cifras

Sería difícil precisar el número de manifestantes que ayer ocupó las principales arterias del centro de la Ciudad Condal. Los organizadores, Òmnium Cultural, no dudaron en elevar la cifra a un millón y medio, una cantidad tan abultada como extravagante, puesto que nadie se atrevió a realizar semejante aproximación. La Guardia Urbana se conformó con fijar la afluencia en más de un millón y, así, los promotores de la marcha pudieron presumir de haber convocado a más gente que en 1977, cuando cientos de miles de catalanes desfilaron por Barcelona al grito de «Llibertat, Amnistia i Estat d’Autonomia».

De 1977 a 2010

Salvando la guerra de cifras, hay una diferencia enorme entre aquella manifestación de finales de los 70 cuyo objetivo era construir el autogobierno de Cataluña bajo la forma de una comunidad autónoma y la de ayer, donde los líderes catalanes que desfilaron detrás de la pancarta «Somos una nación, nosotros decidimos», es decir, Artur Mas, Joan Puigcercó y JonHerrera, insistieron en «el antes y el después» que ha supuesto la multitudinaria marcha celebrada ayer en Barcelona.

Según Mas, el nuevo rumbo de Cataluña pasa por que la comunidad desarrolle su «derecho a decidir» mediante la construcción de grandes consensos sociales. El líder de CiU dio por sepultado el pacto constitucional de 1978, al igual que Puigcercós –que desfiló a su lado–. El líder de Equerra proclamó que ayer se inició en Cataluña «la transición hacia la independencia». «Algo ha cambiado», apostilló Herrera, de ICV.

La marcha concluyó con la lectura de un manifiesto pactado por todos los promotores, donde se evidenció que los argumentos nacionalistas se impusieron sobre los autonomistas. Los actores Lluís Soler y Txe Arana fueron los encargados de darle lectura. «Cataluñaa tiene el derecho a reclamar su plena soberanía», subrayaron. Y, a continuación, aseguraron que «el recorte del Tribunal Constitucional no es democráticamente admisible, es, de hecho, un ataque a la soberanía del pueblo de Cataluña y a la democracia».

Lluís Soler acabó por enfatizar que «somos una nación». Esto dio pie a que la multitud cantara «somos una nación, nosotros decidimos». El imnode «Els Segadors» puso el broche al acto en la plaza de Tetuán.

Los vascos siguen la estela catalana

— El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, participó ayer en Barcelona en la manifestación contra la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña, donde recordó que la lucha por el respeto a la realidad nacional catalaa «s un asnto que atañe también a Euskadi» porque «somos una nación y tenemos derecho a decidir».

— «Hemos venido a expresar nuestra solidaridad con el Pueblo catalán» porque «no puede ser que una sentencia arrumbe una decisión estatutaria adoptada por los catalanes en referéndum», afirmó Urkullu, según difundió el propio PNV. El dirigente nacionalista opinó que la sentencia de lTribunal Constitucional supone «una poda y barrido de elementos de trascendencia del Estatut» y que con ella «se han desnaturalizado los pactos constitucional y estatutario».

— «Creemos que esta sentencia reinventa los límites del modelo constitucional para el autogobierno de las naciones catalana, gallega y vasca», dijo.

larazon.es, 11.07.10

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