La tienda Crispa2 difamada en redes se defiende

La tienda Crispa2 difamada en redes se defiende

Pablo y Cristina son los dueños de Crispa2, una tienda Vintage de la calle Corredurías de Sevilla

Los propietarios de Crispa2 lamentan que una clienta haya difundido un vídeo injuriándolos sin darles la oportunidad de explicar su versión

Mi única intención es hacerle ver al cliente que, con mis conocimientos, puedo mejorarle su estilo con ropa original y auténtica. Ese vídeo se grabó hace dos años, ¿por qué sale ahora?

La mayor parte de los comentarios contra la tienda en Google hacen referencia a las críticas del dependiente hacia la forma de vestir de sus potenciales clientes

Un vídeo propagado por las redes sociales ha bastado para que los internautas señalen con el dedo acusatorio al propietario de la tienda sevillana 'Crispa2', ubicada en la calle Correduría, un establecimiento cuya reseña en Google acumula una valoración de 2,1 puntos tras el escrutinio de 385 opiniones, en su mayoría muy negativas hacia la peculiar forma de atender de su propietario al que acusan de maltratar a sus potenciales clientes con comentarios despectivos. El vídeo, que acumula más de un millón de reproducciones en 24 horas, muestra a una clienta descontenta que lo llama «sin vergüenza y personaje» por haberle dicho antes que llevaba «una camiseta del chino» cuando acudió al negocio a preguntar el precio de una camisa. Los responsables del negocio se han limitado a responder los comentarios que resaltan la singularidad del negocio pero tras la viralidad del último vídeo hablan para mostrar su sorpresa y extrañeza por la repercusión del mismo.

Algunos comentarios en redes incluso advierten que el nombre de la tienda tiene que ver con el ánimo con el que se sale de ella, aunque realmente se trate del acrónimo conformado por los nombres de sus propietarios: Cristina y Pablo (el protagonista del vídeo). Este matrimonio lleva más de una década dedicándose al mundo vintage, un modelo de negocio que quieren desmarcar del actual concepto de «ropa usada de estilo americano». «Rendimos culto a todos los estilos que han formado parte de la moda».

La clienta terminó comprando

Reconocen estar «sorprendidos y apenados» tanto por el vídeo como por lo que se está diciendo de ellos. «Aquello pasó en el verano de hace dos años —que demuestran con la ropa utilizada y con distintos arreglos que se han acometido en esa calle (Corredurías, junto a la Ancha de la Feria)—». «La clienta se enfadó porque le dije que nuestros productos son auténticos y originales, que no vienen fabricados de China. Mi mujer se la encontró después y ella le reconoció que 'se le había ido la olla' y que quería disculparse. Vino, me dio un abrazo e incluso compró un par de camisas».

«Interés» de la competencia

No entienden «por qué después de tanto tiempo publica esto». Elucubran con un posible interés «de la competencia». «Sabemos que tiene relación con otra tienda vintage cercana. No nos extrañaría que el interés venga por ahí». Este tipo de negocios está proliferando en el entorno de la Alameda de Hércules, donde cohabitan varios. «Nosotros no somos como los demás, aquí vendemos moda de calidad y diseño de otra época. Es un negocio para ladies and gentlemen, indistintamente de estilos clásicos, punk, hipster o rockabilly».

Sus estantes y percheros rebosan de prendas, desde una gabardina de Burberry de los años 90 hasta un bolso de Valentino. «Somos dos frikis de la moda. Nos encantan estas marcas; pero, como le ocurre a muchos de nuestros clientes, no entramos en sus tiendas porque no nos podemos permitir sus precios. Encontramos piezas increíbles que vendemos por una infinita parte de lo que costó inicialmente».

La tienda siempre está con la puerta cerrada. Atienden exclusivamente bajo cita «y con atención personalizada». «Eso es lo que muchos no comprenden. Creen que esto es un tour turístico. No queremos que vengan a ojear y toquetear porque no van a comprender ni nuestra filosofía ni nuestro concepto. Mi finalidad es cambiar y orientar al cliente. Tenemos un don para ello, por eso no tenemos nada que ver con el resto de tiendas vintage. Entendemos de patrones, de materiales, de estilos...».

Esta idiosincrasia del establecimiento y su peculiar sistema de venta es muy criticada en el buscador Google: «Desde luego que el nombre de la tienda hace honor a este personaje», refiere un comentario. «Se ha dedicado a criticar, sí criticar, cómo iba vestido mi pareja ha mirado de arriba a abajo a mi hermana y ha asumido que ella quería una sudadera y le ha dicho que allí sudaderas no iba a encontrar», refiere otra clienta descontenta, como la que añade: «se ha puesto a gritar bien alto, con un tono altivo y maleducado, que a su tienda no se viene a mirar, que él es un profesional de la moda que viste y atiende de forma personalizada, y que la ropa que él tiene allí no es para gente como nosotros».

Como contrapunto, hay varios comentarios totalmente favorables al estilo del propietario y dependiente, precisamente por su diferencia con lo establecido: «Esta tienda es un oasis en el desierto de la falsa sonrisa y la falta de sensibilidad artística en el trato al cliente y la asesoría que nos ha acostumbrado el marketing moderno. El dueño me atrevería a decir que es el Picasso del dependiente de tienda, trazando a brochazo limpio el estilo de unos clientes que ya no están acostumbrados a una magia aparentemente ingenua en la superficie pero virtuosa en el fondo», expone uno de los pocos comentarios que califica con cinco estrellas al establecimiento.

Disculpas

«No toleramos ni las faltas de respeto ni la violencia. A lo mejor no me explico de la mejor manera, pero mi única intención es hacerle ver a ese cliente que su estilo puede mejorar si se deja guiar por mi conocimiento. Pero si hay alguien que se haya sentido ofendido, soy el primero en pedir disculpas porque esa no es mi finalidad».

twitter.com/Albert_Edero/status/1612427675749982208

La tienda sevillana difamada en redes se defiende

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