Midcat

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Un gasoducto España-Alemania entra en los planes de la OTAN

España se postula como ‘hub’ energético del sur de Europa ante la crisis de Ucrania

Una instalación de gas en Alemania

Un gasoducto entre España y Alemania para aliviar la dependencia del centro de Europa del gas ruso en los próximos años. Una nueva conexión transpirenaica para enviar hacia el centro de Europa gas de Argelia y el gas licuado que serían capaces de almacenar y tratar las ocho plantas de regasificación ubicadas en España y Portugal.

Convertir la península Ibérica en una plataforma de distribución capaz de corregir la fuerte dependencia de Alemania y del centro de Europa del gas ruso. Recuperar el fallido proyecto Midcat, el corredor mediterráneo del gas, en un nuevo contexto histórico. Replantear el viejo proyecto del general De Gaulle en los años cincuenta de llevar el gas de Argelia hasta las fábricas de la cuenca de Rin.

El relanzamiento de una nueva conexión transfronteriza con Francia para llevar gas al corazón de Europa se halla en estos momentos en las mesas de trabajo de la OTAN, según han confirmado a La Vanguardia fuentes gubernamentales españolas. Alemania tiene mucho interés en el proyecto, según las mismas fuentes, una vez aprobado, esta semana, el nuevo catálogo de energías verdes para la transición energética en Europa, taxonomía de la Comisión Europea que incluye el gas y la energía nuclear.

La alta dependencia de Alemania del gas ruso (50 % del consumo de la locomotora económica de Europa), aparece ahora como una de las principales debilidades geoestratégicas de la Unión Europea en el colosal tour de force con Rusia sobre el estatus de Ucrania.

Estados Unidos entiende que si cede en la cuestión de Ucrania, China lo leería como una señal de debilidad y podría aventurarse a invadir la isla de Taiwán, poniendo en cuestión la hegemonía norteamericana en el Pacífico. Después de haber concentrado una enorme fuerza militar en la frontera con Ucrania, Vladímir Putin no puede retirarse sin haber obtenido contrapartidas. Nada se resolverá en quince minutos. Se avecina un largo proceso de negociación y tensiones.

Alemania está interesada en diversificar sus fuentes y mira a España y el Magreb

Estados Unidos presiona insistentemente para que Berlín incluya la suspensión sine die del gasoducto Nord Stream II en el paquete de amenazas a Rusia. (La puesta en marcha del Nord Stream II, segunda conducción por el mar Báltico hacia Alemania, permitiría a Rusia ahogar a Ucrania, restringiendo el envío de gas por el gasoducto Soyuz, que atraviesa territorio ucraniano y paga peaje a este país). Alemania se resiste a tapiar el Nord Stream II, ya construido y pendiente de licencia administrativa alemana, porque no quiere poner en riesgo su industria. El gas es la principal baza estratégica de Rusia, que acaba de ampliar sus contratos de suministro a China.

En este contexto ha empezado, frenéticamente, la búsqueda de alternativas a corto, medio y largo plazo. Estados Unidos intenta crear una coalición de exportadores de gas licuado para reforzar los envíos a Europa. El gas licuado exige estaciones de regasificación y la península Ibérica tiene ocho: siete en España y una en Portugal. El 30% de la capacidad de almacenamiento de gas licuado en Europa se halla en España. Solo hay un problema: falta más tubo.

Las conexiones transfronterizas con Francia son débiles. No existe un Iberian Stream con capacidad para 55 bcm de gas (55000 millones de metros cúbicos al año). Existen dos conexiones a través del País Vasco y Navarra que suman 7 bcm. El Midcat, la proyectada conexión desde Catalunya, aportaría, como mínimo, otros 7 bcm.

Con un coste estimado de 400 millones de euros, el Midcat quedó enterrado hace tres años por decisión de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y la Comission de Régulation de l’Énergie. Los reguladores español y francés estimaron que esa instalación no sería rentable en un contexto de rápida sustitución del gas por las energías renovables. Portugal protestó. Portugal quiere esa conexión y desea intervenir más en el cuadrante del Magreb. Esta va ser una de las banderas del nuevo gobierno de António Costa.

El proyecto Midcat, corredor mediterráneo del gas, anulado hace ahora tres años, puede ser reconsiderado

El Midcat puede volver. A ese gasoducto estaría directamente conectada la planta de regasificación del puerto de Barcelona, que es la mayor de Europa. Alemania mira ahora con interés el proyecto, porque necesita alternativas de suministro y porque también apuesta por la producción de hidrógeno verde en el norte de África. (El hidrógeno verde puede ser transportado a través de los gasoductos). Gas licuado, gas natural de Argelia, hidrógeno verde. Afianzar la península Ibérica como hub energético europeo permitiría reenfocar las relaciones con Marruecos y Argelia.
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